Un pequeño altar… nada más.
Refugio seguro de promesas,
ruegos, oraciones,
confesiones y agradecimientos.
Silenciosa y quieta… humilde
como su pueblo.
Necesaria, siempre lista.
Enjugo de lágrima,
cese de ira. Confidencia,
perdón y cura.
Abrazo de fe y entrega.
Imagen santa…
Poder y abnegación… milagro!!
Umbral de emociones, anhelos,
arribos felices y nostalgias.
Suspiro dolorido cuando al partir
no podrás olvidar nunca,
voltear tu mirada para decirle;
hasta pronto… VIRGENCITA.!!!
Danny Rosacruz.